"Mi mamá no me dejaba salir con la nariz de payaso porque tenía miedo de lo que pudiera pasar. ¿O ustedes qué se creen? ¿No se acuerdan que estaba terminantemente prohibido usar nariz de payaso en la vía pública?". (Fragmento de Vivitos y Coleando, Año 1989)
Una cualidad de mi madre, que por supuesto nunca le reconocí, es que me animaba a ver programas como Vivitos y Coleando cuando yo era chica. Muchos recordarán qué es, otros ni siquiera lo habrán escuchado nombrar en su vida. Por eso, al pie de este texto comparto un fragmento que me resultó altamente representativo de lo que ese programa significó en mi infancia y en mi formación integral.
Es cierto que recordé un poco de la genialidad del programa a raíz de la muerte del gran Hugo Midón. Pero no es sólo mi culpa que lo hubiera relegado a mi subconsciente por un rato. En parte es culpa de que los medios fueron dejándolo olvidado.
Está bien, en el teatro se lo reconoce hace años como referente de los musicales y del teatro de calidad. De eso no caben dudas. Pero la tele en contadas ocasiones volvió a repetir sus producciones (y sólo en Canal 7). Yo estoy muy convencida de que esa realidad fue parte del vaciamiento de pensamiento que empezó a dominar las pantallas.
Si los chicos pudieran ver programas como lo era Vivitos y Coleando desarrollarían su intelecto mucho más allá de pensar en hacer cuentitas o saber que la M con la A forman MA.
Una conversación entre los payasos con más onda que vi en mi vida, hacía pensar en serio, pensar sin darse cuenta de que uno estaba pensando. Y yo siento y pienso cosas cuando lo veo que me hacen darme cuenta de por qué me gustaba tanto ese programa... Y por qué al volverlo a ver me vuelvo a fanatizar y no a la manera en la que puedo recordar con cariño pero superficialmente al Chavo del 8, por poner un ejemplo.
Los programas infantiles en la televisión argentina fueron siendo cada vez más vacíos de contenido... Hasta terminar con una Panam, hacia la cual no tengo nada en contra, pero quién me va a negar que no aportaba mucho más que canciones bastante pobres y vestuarios coloridamente faltos de todo esplendor y significado.
Lo sé, lo correcto es decir que todo es cultura. Pero pienso que es mucho más valioso (y entretenido) ver un fragmento, cualquiera, de una creación de Midón, que a un cangrejo de gomaespuma tirando pelotitas por su trasero. No sé, me parece.
Hugo Midón fue un genio. Que en tantos canales se hayan acordado de él ahora y ni pretendan volver a poner un programa así en sus grillas me parece un insulto. Y que un intento de volver a poner a los chicos a usar sus mentes (que tienen todo por aprender, que tienen por aprender a pensar, a desarrollar sus propios pensamientos), en un canal exclusivamente para niños sea ignorado me parece otro insulto, ya que se les niega una chance más de ampliar sus posibilidades mentales.
Porque muy pocos se atreverían a negar que aquello que nos nutre espiritual e intelectualmente cuando somos pequeños es una de las piedras fundamentales de nuestra forma de ver el mundo para siempre. Y sí, el Discovery Kids y el Disney Channel tienen programas muy buenos que hacen pensar. No estoy en contra de ellos. Pero, la mayoría de los programas, poco tienen que ver con nuestra cultura, con nuestra realidad de argentinos, con lo que pasó antes y ahora. Y los chicos viven en nuestra sociedad, no están ausentes de lo que pasa. Claro, a algunos les conviene tenerlos pensando en forma foránea. Con formas de pensar (y de hablar) que poco tienen que ver con nuestra realidad, y que por eso, no son peligrosas para lo establecido. Porque esa forma de pensamiento tendrá que remar mucho más contra la corriente cuando crezca para rebelarse contra ciertas cosas.
Vivitos y Coleando no sólo fue hermosamente actuado, guionado y pensado, sino que también fue más allá de lo superficial. Fue filmado en el año '89 y podemos ver en esas palabras rastros de lo que había pasado en nuestro país no mucho tiempo antes. Niños que habían vivido o nacido en épocas turbias. O pocos años después, cuando las consecuencias estaban presentes de manera vívida y cruel. Para mi familia fue la peor época, pero yo, por suerte ni me di cuenta en ese momento. Por suerte, podía ver esto en la tv y pensar que otra realidad era posible.
Pero no quiero rellenar de mis significados el fragmento que voy a compartir a continuación. Es tan rico y tan metafóricamente genial que cada uno puede rellenarlo con el significado que quiera. Eso es lo valioso. Eso es lo que me gustaría que vuelva. Y ya no hablo sólo de programas infantiles, sino de la pantalla chica en general. Hugo Midón, todavía te necesitábamos...